En la costa del partido de Vicente
López, en la desembocadura del arroyo Borges y la calle homónima, se
levanta el parque construido en el año 2005, con estacionamiento, juegos para
niños, el sauzal (zona de sombra), el banco inclinado (solario), los
asientos curvos, la fuente oval, la explanada junto al río, pequeños
grupos de bancos individuales de hormigón, y un órgano eólico como
monumento en homenaje al Centenario de la Municipalidad de Vicente
López. Los materiales utilizados en el diseño del espacio verde fueron tierra, pasto,
sauces, gramíneas, chip, piedra partida, piedra arenosa gris,
conchilla, hormigón, aluminio anodizado, agua y viento. El parque es atravesado por senderos que pueden recorrerse hasta la explanada junto al
río para la observación y contemplación del paisaje, y la escucha de los sonidos del viento.
El Paseo del Viento forma parte del proyecto de Recuperación Urbana Ambiental de la
costa de Vicente López, donde se desarrolló el anteproyecto del Parque Musical. El núcleo del parque, lo constituye el Monumento del Centenario, un
órgano eólico que envuelve al mismo en sus sonidos y armonías. Este
órgano está compuesto por tres torres: la oeste “torre de América”, la
sur “torre de Europa” y la norte “torre del Río de la Plata”, según la
dirección del viento (tres predominantes Norte, Este y Sudeste) el
órgano en su conjunto genera "distintas armonías y a su vez cada una de
las torres origina una cualidad armónica específica, esto induce
percepciones acústicas variables según los recorridos que tomen los
paseantes".
El sitio Arquitectura Argentina define a la obra, "esta pieza desempeña simultáneamente las funciones de
foco y ámbito. Foco múltiple espacial y acústico, monumento y órgano,
incitador de distintos recorridos. Como ámbito asume las funciones no
simbólicas de auditorio y solario, de juego, contemplación y escucha. La
inclinación de las torres configura el ámbito y lo cierra virtualmente". Acerca del parque público la publicación especializada lo define que "como la primera aplicación de la idea Espacio-Acústico que
pretende marcar y calificar un lugar mediante el aprovechamiento de sus
fenómenos. Se busca intensificar la percepción de un campo, por medio
de la elaboración simultánea de estímulos visuales, sonoros, de textura,
rítmicos, etc, conformando un espacio saturado, no agotado en la
imagen visual, fotográfica; una multiplicidad de dimensiones y sentidos
que requieren presencia".
El proyecto de un espacio-acústico se basa
en la utilización de energías naturales o artificiales propias de un
lugar y su amplificación, anulación o transformación en sonidos y formas
(mediante el diseño de instrumentos apropiados, acústicos o
electrónicos, de pequeña a gran escala) que lo califiquen y manifiesten
en una multiplicidad de dimensiones descuidadas por el hábito, y
reveladas o creadas por un acto de significación proyectual.
En cuanto al monumento órgano eólico, tres torres de
hormigón de aproximadamente diez metros de altura sostienen, a través de
una estructura metálica, conjuntos de tubos sonoros. En cada torre,
tres conjuntos de tubos están orientados para recibir -respectivamente-
la excitación de tres direcciones de viento (este, sudeste y norte). La intensidad del viento como elemento conformador del discurso sonoro. Cada tubo produce, de acuerdo a su tamaño de largo, un tono
fundamental, una frecuencia determinada, toda vez que la intensidad del
viento sea la apropiada para generar aquella respuesta; según el sitio Arquitectura Argentina, "respuesta a la
que llamamos estado de régimen; en relación a esta referencia, cuando la
intensidad del viento sea mayor sobreexcitará al sistema, produciéndose
de esta manera armónicos del tono fundamental y/o sonidos multifónicos, y
cuando la intensidad del viento sea menor subexcitará al sistema, lo
que producirá sonidos de frecuencias ubicables en el ámbito de un
semitono inferior con respecto a la frecuencia predeterminada".
El director del proyecto fue el compositor musical Gustavo Val; el equipo de trabajo fue coordinado por el arquitecto Marcelo Ovadia. La dirección musical le correspondió a los arquitectos Sebastián
Dasseville, Marcela Armendáriz y Fernando Nogueira, a la paisajista Lucía Schiappapietra; a los ingenieros Sebastián Berdichevsky y Juan Weinhold; al organero Carlos Amadini; a Rosario Talevi,
anteproyecto solado órgano, colaboradora; Lucas Geya, colaborador; y a
Cecilia Chiesa, colaboradora en paisajismo. El análisis de vientos correspondió al Dr. Rubén A. Bejarán, del Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (UBA).
En un recodo de la costa de La Lucila, con libre acceso al público, se erige el imponente Paseo del Viento construido en homenaje al centenario del municipio de Vicente López. Rodeado de clubes y otros emprendimientos privados que impiden el usufructo de la ribera del partido para toda la comunidad, se descubre este pequeño oasis verde con un monumento, el órgano eólico, que permite a los visitantes la escucha de los sonidos del viento. Toda una rareza, un disfrute en la costa norte rioplatense.
Álbum de fotos del paseo disponible en: Paseo delViento en Olivos
En un recodo de la costa de La Lucila, con libre acceso al público, se erige el imponente Paseo del Viento construido en homenaje al centenario del municipio de Vicente López. Rodeado de clubes y otros emprendimientos privados que impiden el usufructo de la ribera del partido para toda la comunidad, se descubre este pequeño oasis verde con un monumento, el órgano eólico, que permite a los visitantes la escucha de los sonidos del viento. Toda una rareza, un disfrute en la costa norte rioplatense.
Álbum de fotos del paseo disponible en: Paseo delViento en Olivos
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