El Paseo de la Costa de Vicente López 
es una larga franja costera parquizada y con instalaciones para 
disfrutar del aire libre, limita con el Parque de los Niños (Capital) y 
se extiende hasta la calle H.Yrigoyen. Cuenta con diferentes sectores 
como el puente peatonal, el anfiteatro "Arturo Illia", el monumento  
"Fín de Milenio”, la Península Arenales y el monumento homenaje a Vito 
Dumas  el "Navegante Solitario". El paseo recibe a miles de personas que
 llegan a caminar frente al Río de la Plata, para práctica  de deportes al aire libre y en el río, como para 
presenciar alguna actividad cultural. En la zona se congregan diferentes
 locales de comidas y bares. 
Caminando hacia el norte, juegos
 para niños, una fuente, juegos aeróbicos, estacionamiento y una 
importante oferta gastronómica. En el cruce del paseo costero con la calle Melo se encuentra sobre la margen del
 río el Monumento de Fin de Milenio. Este monumento fue inaugurado en el año 1999, rinde homenaje al arquitecto Amancio Williams (1913-1989). Tiene una altura de 14 metros, en 
sus columnas y sus dos cáscaras miden 9 metros de lado y 9 cm. de espesor. 
La obra fue concebida para ser exhibida en un parque de la Ciudad de 
Buenos Aires y luego donada al Municipio de Vicente López por los hijos del arquitecto.
La obra, que estuvo perdida en el tiempo y recuperada finalmente para ser emplazado en un parque público, fue
 originalmente proyectada por el arquitecto Williams, como un monumento 
en memoria de su padre, el reconocido compositor Alberto Williams (1862-1952). Este monumento consta de dos bóvedas cáscara cuadrangulares de 11 x 11 mts., elevadas 
sobre un piso de mármol elevado 33 cm. sobre el césped, comunicado por 
cuatro veredas angostas a los caminos circundantes del parque. "Todo el 
juego resulta del espacio vacío entre las dos bóvedas y las superficies 
de mármol. Las bóvedas no se tocan: sus esquinas permanecen apenas 
separadas, creando, vistas desde abajo, un punto de tensión. A este 
punto corresponde, justo debajo, una cavidad cuadrada plantada con 
césped, con una flor emergiendo en el medio desde un fino tubo metálico". 
El monumento es todo un espectáculo. En efecto, el espectáculo de las bóvedas cambia con gran riqueza con los distintos
 puntos de vista, "tanto si se las ve con sus lados paralelos o 
diagonales a través de una línea". Así, para disfrutar estas diferentes 
visiones y pensar o conversar en calma, un largo asiento en hormigón 
pretensado y de mármol, y una hilera de prismas de mármol son situados 
en diferentes posiciones. Un segunda cavidad cuadrada menor, llena con 
agua renovable, contiene 2 cm. bajo la superficie, una placa de acero 
inoxidable muy simplemente impresa, con la inscripción recordatoria y un
 llamado a renovar la flor. Un sistema ha sido estudiado para la 
completa iluminación del monumento: las bóvedas, los caminos, la 
superficie de mármol, los asientos, el agua, la flor, la placa”.
Siguiendo hacia el norte se visualiza un sector de 
juegos para niños y una fuente. En la intersección del paseo con la calle Urquiza se encuentra el monolito 
“Vito Dumas”, dedicado al famoso Navegante Solitario y que da nombre
 a la calle principal del Paseo. El monumento está realizado en cemento, consta de una 
brújula con un velero en su interior. Al 
                          llegar a la calle Arenales, se encuentra la península Arenales, denominado 
                          Parque Arenales, cuenta con zonas de arboleda, una 
bici-senda, sector de juegos para niños y playón de patinaje en las 4 hectáreas de superficie. El paseo culmina en el cruce con la calle H.Yrigoyen, donde se emplaza un momento a Manuel Belgrano.
Álbum de fotos del paseo disponible en: Paseo de la Costa de Vicente López
 
 
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