La superficie actual
comprende aproximadamente 3.5 hectáreas. Se ubica en la localidad de La
Lucila (partido de Vicente López), a orillas del Río de La Plata, en el
límite entre el partido de Vicente López con el de San Isidro, sobre la
calle Paraná, a metros de la estación Anchorena, del Tren de la Costa. La Reserva puede visitarse todos los días del año (excepto días de lluvia y de sudestada) en el horario de 9 a 17 (en verano se extiende una hora más). Cuenta con una página oficial en facebook. La fisonomía del lugar es la resultante de un albardón
de relleno el cual ha dejado encerrada una laguna la cual posee
una compuerta que desagua en el río. El
terraplén se eleva del río unos 8 metros, no permitiendo
el acceso de éste sobre el mismo.
La reserva posee un centro de visitantes con un pequeño museo donde se
exponen diferentes especies del lugar, senderos con un total de 750
metros de recorrido por todos los ambientes con barandas y 3 puentes de
madera, un vivero de plantas autóctonas, un mangrullo/mirador con
vistas hacia la laguna y el río. Se encuentran representados varios
ambientes (el bosque de sauces criollos, el pantano, la selva en galería,
el talar en formación, el juncal y la laguna con su vegetación
flotante) con una importante flora y fauna.
En estos ambientes se puede descubrir y contemplar la variada flora autóctona árboles, arbustos, hierbas, llanas, enredaderas y plantas epífitas y las diferentes especies de animales que conviven en este recinto natural, mamíferos como el coipo o falsa nutria, y la comadreja overa, reptiles como las tortugas acuáticas, lagarto overo y varias especies de inofensivas culebras, anfibios (ranas y sapos). Las aves son las más llamativas y las más fáciles de observar y escuchar, como garzas, patos, gallaretas, pollonas, palomas, colibríes, biguas, teros, golondrinas, benteveos, carpinteros, calandrias, horneros, etc. Hay gran variedad de coloridos insectos como mariposas, chinches y avispas.
En la actualidad, la Reserva Ecológica de Vicente López comprende principalmente 6 ambientes pertenecientes a tres de las dieciocho ecoregiones presentes en nuestro país. Uno de ellos es el Sauzal, que "consiste en un bosquecito de sauces criollos de unos 12 metros de altura, acompañados de enredaderas como la liana de leche llamada así por su látex, y la hierba de San Simón, arbusto que por sí solo puede cubrir la totalidad de la superficie del suelo. Varios ejemplares de sauces presentan sus cortezas ausentes o desprendidas en la parte inferior debido a la acción de los coipos o falsas nutrias, roedor de hábitos acuáticos con largos dientes anaranjados que necesitan ser desgastados mordiendo superficies duras. Recorriendo los troncos de los sauces en busca de larvas, puede observarse alguna de las tres especies de pájaros carpinteros de la región", tal como puede leerse en uno de los folletos que se entregan al público.
Otro de los ecosistemas es el Pantano, "poblado por plantas palustres adaptadas a vivir en lugares inundables, muchas de ellas con rizomas (largos tallos subterráneos que acumulan sustancias de reserva). Durante la primavera el pantano se cubre con las flores amarillas del europeo lirio amarillo, una especie muy invasora que cubre gran parte de este ambiente y los bordes de la laguna. Entre las especies autóctonas se destaca la paja brava, la totora y el sarandí blanco, un arbusto típico de orillas del Río de La Plata cuyas ramas sobresalen entre los lirios. Aquí los ceibos y sauces son profusamente cubiertos por varias especies de plantas trepadoras, sobresaliendo por su abundancia los guakos y la dama de noche", según lo difundido en el blog. En cuanto a la fauna, culebras de hábitos acuáticos frecuentan este ambiente y los bordes de la laguna; los anfibios están representados por la común ranita de zarzal. El pantano es recorrido incansablemente por dos aves caminadoras: el burrito común y la gallineta común, ambas más oídas que observadas. Las ramas de los sauces más altos sirven de posadero al chimango, las palomas picazuró y más raramente al taguató.
Ambientes en recreación son "sectores de la reserva ubicados sobre terrenos de relleno donde se han plantado muchos ejemplares de especies características de 2 ambientes desaparecidos o casi desaparecidos de los alrededores de la ciudad: el talar y la selva ribereña o marginal". El Talar es otro de los ecosistemas de la reserva. Este ecosistema boscoso se localizaba, principalmente, en la barranca cercana al río. Estaba constituido por árboles espinosos y de madera dura en su mayoría y xerófilos, es decir adaptados a condiciones de aridez, siendo la especie predominante el tala, por lo cual estos bosques en la provincia de Buenos Aires reciben el nombre de "talares". Dentro de la reserva el talar está representado por el espinillo o arómo, el molle, el algarrobo blanco, el coronillo y el tala.
La Selva marginal o ribereña es, tal como se define en el folleto institucional, "un ambiente caracterizado por el
crecimiento de vegetación selvática sobre las márgenes de ríos y
arroyos, cuando las márgenes se encuentran muy cercanas una de la otra,
la vegetación forma una cúpula y recibe el nombre de selva en galería.
En esta región ocupaba los albardones más altos de las islas del Delta
Inferior, algunos sectores restringidos a orillas del río y
desembocaduras de cursos de agua en el mismo. Representado por especies
de clima tropical-subtropical que descienden por el río Uruguay, y en
menor medida el río Paraná, posee una gran biodiversidad que incluye
varias especies de lianas, epifitas y 4 estratos de vegetación, otorgándoles en conjunto su
aspecto selvático. En la provincia actualmente este ambiente sólo
subsiste en las Reservas Provinciales de Punta Lara e isla Martín
García. En una recorrida por la reserva pueden observarse los árboles
típicos, como el mataojo, el palo amarillo, los canelones, el timbó, la palmera pindó, el chal-chal, el tarumá, el blanquillo, el laurel criollo. En cuanto a la fauna que se observa, es más factible registrar aves frugívoras (que se alimentan de frutos) como el celestin, el naranjero, el terrícola chiricote y la paloma yerutí".
El Pastizal, típico de la pampa Argentina, es el ambiente más degradado de nuestro país. Está caracterizado por gran diversidad de gramíneas, de entre las que cada tanto sobresalen algunos arbustos. Antiguamente carecía de árboles y era el hábitat de grandes manadas de venado de las pampas, guanacos, ñandúes, vizcachas, pumas, etc. Si bien en la reserva el pastizal se encuentra invadido por el kikuyo y la pata de perdiz, dos pastos exóticos, existen especies de gramíneas autóctonas bien representativas como la cortadera o cola de zorro, y las flechillas. Entre los arbustos, la chilca y la Grindelia pulchella. Este ambiente es frecuentado por pechos colorados y jilgueros dorados, cabecitas negras y el corbatita común.
La Laguna es el ambiente más pintoresco de la reserva. De origen artificial, posee una profundidad máxima de 2 metros, aunque ésta varía debido a la entrada y salida de agua a través de una comunicación con el río y una compuerta por la cual se regula el ingreso y egreso de agua. Los repollitos de agua y los helechitos de agua forman parte de la vegetación flotante que cubre la laguna en su totalidad durante la primavera y el verano para secarse con el comienzo del frío otoñal. A veces, estas plantas flotantes y el sedimento dificultan la observación de la fauna ictícola típica de lagunas, compuesta por densos cardúmenes de las pequeñas madrecitas, viejas de agua, anguilas criollas, tarariras, chanchitas, siete colores. Es de destacar la presencia de 3 especies de tortugas acuáticas: la tortuga de laguna, la tortuga cuello de víbora y la tortuga pintada. Numerosas aves acuáticas frecuentan este ambiente.
Recorriendo el espejo de agua se encuentran la gallareta chica, la gallareta ligas rojas y la pollona negra, aparte del pato barcino, el pato picazo, el pato capuchino, el macá chico, el biguá. En las márgenes o posadas sobre las ramas de los abundantes ceibos que bordean la laguna aparecen varias especies de garzas, además de alguna de las 3 especies de martín pescador presentes en el área.
El Juncal se observa
fuera de los límites de la reserva sobre la costa del Río de la Plata, que es
el último juncal del partido de Vicente López. "Es de suma
importancia ecológica ya que sirve como barrera de la costa contra las
embestidas del río, también es encargado de retener los sedimentos y
fijar el sustrato para la formación del suelo además de ser el refugio
de varias especies de animales y aves como el junquero y el tachurí sietecolores. Lamentablemente por diferentes ordenamientos territoriales no ha podido ser protegido", como se define en el blog. Este ambiente es dominado por el junco, a medida que el nivel del suelo va elevándose aparecen duraznillos de agua, cuchareros, saetas
y luego los sarandíes blancos. Las bajantes del río descubren los
afloramientos de tosca en cuyos charcos quedan atrapados viejas de agua,
bagrecitos y cangrejos.
En la reserva existen especies que la frecuentan en los diferentes ambientes. Entre octubre y marzo es común ver al lagarto overo recorriendo los caminos. Otro habitante es la comadreja,
de hábitos nocturnos. No deben olvidarse a las aves más comunes como la
calandria, el zorzal colorado, el benteveo, la ratona, la tacuarita
azul, los picaflores, el tordo renegrido y el tordo
músico, el chingolo.
Con la misma idea que se trabaja en su hermana mayor, la Reserva de la Ribera Norte localizada en San Isidro, las autoridades de la Reserva Ecológica de Vicente López se inclinan por la idea que los visitantes caminen con el cuidado y el respeto hacia la naturaleza a lo largo de sus senderos, y se permiten el avistaje de la fauna y contemplación de la flora en el mirador y en todos los espacios del parque para el disfrute del paisaje agreste, en un auténtico viaje al pasado de la costa norte del Río de la Plata, aunque se trate de terrenos ganados al río mediante el relleno sanitario. Esta Reserva ofrece el enorme espectáculo de un espejo de agua con toda su diversidad animal y vegetal con el fondo en el horizonte de los imponentes edificios de apartamentos de la avenida Del Libertador. Muy diferente es el caso de lo que se observa en la porteña Reserva de la Costanera Sur, que cada vez se asemeja más a un espacio verde pensado para la práctica del aerobismo y el ciclismo que a un lugar para el estudio y la protección del medio ambiente.
Con la misma idea que se trabaja en su hermana mayor, la Reserva de la Ribera Norte localizada en San Isidro, las autoridades de la Reserva Ecológica de Vicente López se inclinan por la idea que los visitantes caminen con el cuidado y el respeto hacia la naturaleza a lo largo de sus senderos, y se permiten el avistaje de la fauna y contemplación de la flora en el mirador y en todos los espacios del parque para el disfrute del paisaje agreste, en un auténtico viaje al pasado de la costa norte del Río de la Plata, aunque se trate de terrenos ganados al río mediante el relleno sanitario. Esta Reserva ofrece el enorme espectáculo de un espejo de agua con toda su diversidad animal y vegetal con el fondo en el horizonte de los imponentes edificios de apartamentos de la avenida Del Libertador. Muy diferente es el caso de lo que se observa en la porteña Reserva de la Costanera Sur, que cada vez se asemeja más a un espacio verde pensado para la práctica del aerobismo y el ciclismo que a un lugar para el estudio y la protección del medio ambiente.
Álbum de fotos del paseo disponible en: Reserva Ecológica de Vicente López
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