El Ferroclub Argentino abrió sus puertas al público para
mostrar locomotoras y coches antiguos.
Ante una nutrida concurrencia que recorrió las instalaciones
ferroviarias que el Ferroclub Argentino posee en Villa Lynch, cientos de
personas participaron de la muestra de locomotoras y coches antiguos
expuestos. Una de las locomotoras, la 27 Monte Caseros, de origen
escocés, fue la gran atracción del público con un viaje por la vía
auxiliar de una vaporera que circuló por la Mesopotamia hasta los 70. El
Museo Ferroviario, en un viaje al rico pasado de los ferrocarriles de
la Argentina.
El pasado domingo 14 de diciembre, en el marco de una soleada tarde, el
Ferroclub Argentino permitió el acceso de los visitantes a un sector de los Talleres
Ferroviarios del Ferrocarril Urquiza, a metros de la Estación Cnel.
Francisco Lynch, en el vecino partido de Tres de Febrero, para exponer
al público viejas locomotoras y coches ferroviarios restaurados por la
asociación civil, “rescatados del seguro desguace y destrucción a
unidades y elementos históricos para que las generaciones venideras
puedan disfrutar y apreciar esta parte importantísima de nuestro acervo
que hace a la cultura nacional”. En la Playa de Maniobras, cientos de
visitantes apreciaron vehículos ferroviarios de distinto tipo y porte
consistente en antiguas locomotoras a vapor desde 1886 a 1952, coches de
madera originarios de Europa totalmente restaurados, guinche a vapor,
vagones de carga, coche Presidencial utilizado por las distintas
autoridades a lo largo de la historia política argentina.
Entre las piezas ferroviarias reparadas por los socios del Ferroclub
para su conservación y puesta en valor para las generaciones futuras, se
contó el Coche Reservado 750, construido en Inglaterra en 1888,
“utilizado para el traslado de los gerentes del ferrocarril junto a sus
familias”. El Guinche a Vapor G265 cuidadosamente restaurado, fue otra
de las atracciones del público. Construido en 1932 en Inglaterra por la
firma Booth Rodley, que funciona a vapor y tiene una capacidad máxima de
10 toneladas de carga. Dos locomotoras a vapor concitaron la atención
de los espectadores que colmaron la muestra, la número 806 “La Manada”,
construida en 1913 por Kerr Stuart y corría trenes de pasajeros en el ex
Ferrocarril Central de Buenos Aires.
La otra, la Baldwin número 253
oriunda de Estados Unidos, fabricada en 1903 por Baldwin Locomotiva
Works, una imponente locomotora que originariamente funcionaba a leña y
luego modificada a combustible líquido, se utilizaba tanto para trenes
de pasajeros como para los de cargas. Y, un párrafo aparte, para la
locomotora eléctrica Baldwin Westinghouse número 953, de origen
estadounidense, fabricada en 1927, y adquirida por el Ferrocarril
Urquiza para el tráfico de maniobras y carga en la línea local.
En la imponente Playa de Maniobras, los numerosos visitantes pudieron
caminar en medio de una gran variedad de “vehículos de exposición,
locomotoras a vapor de pequeño y gran porte, coches de madera
originales, restaurados y en proceso de restauración”. Tal el caso del
Coche Comedor, originario de Gloucester (Inglaterra), “que deslumbra con
sus finos detalles de sus ventiladores de techo, las mesas y la cocina
económica original que funcionaba a carbón, que lo hacen un vehículo
único de los tres que se construyeron”. El galpón de locomotoras exhibe,
entre otras, la vaporera número 3005 fabricada por Henschel de
Alemania, en 1952, para su uso por el Ferrocarril Urquiza para pasajeros
y carga. Además, se cuenta con dos locomotoras a vapor de muy vieja
data, fabricadas por la Cía. Neilson & Co. en Glasgow (Escocia) en
1888, adquiridas por el Ferrocarril Nordeste Argentino (FCNEA) para su
servicio en la provincia de Corrientes y el norte de Entre Ríos, con
pasajeros y carga hasta bien entrada la década de los años 70. En
proceso de restauración, la número 11 Yatay.
Y, la estrella del evento, la locomotora a vapor número 27 Monte
Caseros, que transportó a los visitantes a bordo de un restaurado coche
de pasajeros de madera en un viaje de 15 minutos, a través de la vía
auxiliar de los Talleres Ferroviarios pasando por la estación Lynch
hasta el mismísimo puente de la General Paz, como si se tratara de los
viejos tiempos del Urquiza para el disfrute de abuelos, padres e hijos,
tres generaciones unidas en el placer y el disfrute de auténticas joyas
de nuestros ferrocarriles. Un viaje al pasado ferroviario de la
Argentina, que llegó a contar con 40.000 kilómetros de vías férreas
“surcando todas las regiones y geografías del país”, y que desde 1955
hasta la última dictadura militar observó como lentamente diferentes
ramales eran cerrados por razones económicas, hasta la estocada final
que fue el proceso de privatizaciones realizado en la década de los 90
por el menemismo, con el desguace del sistema ferroviario nacional.
La vuelta del ferrocarril como sistema de transporte seguro, rápido,
eficiente y económico hace ya unos años que dejó de ser un sueño para
constituirse en una realidad palpable, que no siempre los medios masivos
de comunicación difunden con la importancia que tiene el actual proceso
de transformación del ferrocarril en la Argentina. Tras décadas de
abandono y desinversión, el Estado Nacional vuelve a ocupar el centro de
la escena, un lugar que nunca debió dejar a manos del mercado.
Álbum de fotos del evento disponible en: Coches y Locomotoras Históricas en Estación Cnel. Lynch
Video: Viaje en una locomotora a vapor y coche antiguo en Lynch 1
Video: Viaje en una locomotora a vapor y coche antiguo en Lynch 2
Video: Locomotora a vapor de 1888 en circulación en Est.Lynch 1
Video: Locomotora a vapor de 1888 en circulación en Est.Lynch2
Video: Locomotora a vapor de 1888 en circulación en Est.Lynch 3
Video: Tren eléctrico supera a Locomotora a vapor de 1888 en Lynch
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